Pocas mujeres miramos con detenimiento las etiquetas de los productos cosméticos que usamos a diario sobre nuestra piel, y si los leemos, ante la amalgama de nombres químicos, no entendemos mucho.Fueron los parabenos los que encendieron la alerta roja, pero existe una larga lista de productos químicos y derivados del petróleo, muy nocivos para el organismo humano.
Desde el Centro de Estética Algazul les proponemos un consumo consciente de productos cosméticos, y en especial, más atención a los componentes de cremas, lociones, jabones, champús, aceites, tintes para el pelo, dentífricos, geles, y todo tipo de productos cosméticos y de higiene que apliquemos sobre nuestro cuerpo, al ser la piel un órgano sensible y el más extenso, de forma que más de un 60% de cualquier producto que apliquemos a través de la piel pasa al torrente sanguíneo.
No nos guía ningún tipo de interés al elaborar este artículo, tan sólo la necesidad que hemos sentido en el Centro de Estética Algazul de aclarar un concepto que hasta hace muy poco tiempo ni siquiera se hablaba de él, confiados ante el fulgor de la marca prestigiosa y conocida que nos vendía la eterna juventud.
A continuación exponemos cinco formas sencillas para distinguir un cosmético limpio y natural de otro químico que no lo es:
Primero.- Es muy conveniente leer las etiquetas antes de adquirir cualquier producto cosmético, en especial poner atención a los cuatro primeros componentes, que como en los productos alimenticios, son los que tienen mayor presencia en el preparado. Los aceites minerales derivados del petróleo son los más peligrosos como el propylen glycol, aunque descubrimos que muchas etiquetas de productos cosméticos contienen PEGs, fenol y fenil, talco, fragancias artificiales, antioxidantes sintéticos, aluminio, mercurio, alcohol renat, sodium lauryl sulfate, diethanolamine o dietanolamina (DEA), y parabenos de todo tipo.
Segundo.- El producto cosmético tiene que tener sello de calidad en el control de los componentes (Eco.Cert, Bio-Nature, Bio-Inspecta, etc)
Tercero.- La fecha de caducidad debe de ser corta al ser un producto ‘vivo’. Lo más normal es que oscile de seis a doce meses.
Cuarto.- Para que un cosmético pueda considerarse limpio y natural, su composición en más del 90% debe de ser a base de materias primas naturales de origen no animal, y no contener sustancias irritantes, tóxicas, o peligrosas. No puede estar mezclado con derivados del petróleo, propylen glycol, parabenos, fragancias químicas, o cualquier agente nocivo. El 10% restante del producto natural suele estar formado por conservante y emulgente.
Quinto.- Un producto que contenga derivados del petróleo deja en la piel una falsa sensación de hidratación. ¿Por qué? Entre sus ingredientes se encuentra el ‘mineral-oil’, un derivado del petróleo que actúa en la piel como una barrera que impide la penetración del producto, de ahí la sensación de sequedad