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 Desde el Centro de Estética Algazul comenzamos una saga de tres capítulos dedicados a tres joyas de la naturaleza: el aceite de argán, el aceite de rosa mosqueta, y el aceite de baobab. El uso cosmético de estas sustancias proporciona a la piel confort, hidratación, nutrición y firmeza, entre otros beneficios.

 

El argán es un árbol único y un componente importante del ecosistema árido de Marruecos que forma bosques claros que no sobrepasan los 1.500 metros de altitud. Los nativos aseguran que este árbol no existe en ningún otro lugar del mundo. De gran vitalidad y troncos retorcidos, sus hojas son pequeñas y alargadas y sus frutos son unas nueces similares a las aceitunas, de las que se extrae un aceite anaranjado, de fuerte sabor, que se utiliza en la gastronomía marroquí y al que también se le atribuyen poderes curativos.

 

La capacidad del argán para atrapar la humedad atmosférica nocturna, almacenar el agua y devolver parte de ella al subsuelo le convierte en una pieza clave para la subsistencia de una flora endémica que depende de él en un medio en el que las precipitaciones son escasas. Con razón, las tribus locales llamaron a este árbol mítico “el Padre de Todos”.

 

Con 80 millones de años de antigüedad, el argán es un árbol único en su género en el mundo y no se cultiva. Puede alcanzar de 8 a 10 metros de altura y vivir unos 150 a 200 años. Durante siglos, las tribus bereberes del sudoeste de Marruecos han recurrido al aceite de argán como componente básico de su dieta y elemento de la medicina tradicional.

 

Las almendras se extraen de los huesos y se muelen en pequeños molinos de piedra. Hacen falta 100 kilos de frutos maduros y diez horas de trabajo con un molino casero para obtener un litro de aceite de argán. 

 

El aceite de argán está compuesto hasta en un 80% de ácidos grasos esenciales, AGE:  ácido oleico (45%), ácido linoleico o vitamina F (35 %), ácido alfa-linolénico (15 %), ácido gamma-linolénico (3 %), ácido araquidónico (1%); contiene grandes cantidades de tocoferoles o vitamina E (unos 700 mg/kg), casi tres veces más que el aceite de oliva por ejemplo, carotenoides de los que un 50% son betacarotenos, precursores de la vitamina A, fitoesteroles (D-7steroles) -que raramente se encuentran en los aceites vegetales- y esqualeno.

 

 

Propiedades

 

  •  Es un reafirmante de los tejidos, en especial con las fibras de colágeno y elastina.   
  •  Antioxidante.
  •  Muy hidratante.
  •  Muy nutritivo de la piel.
  •  Regenerador celular.
  •  Reestructurante del manto hidro-lipídico cutáneo.
  •  Antiinflamatorio.
  • Antimicótico.

 

Uso cosmético

 

Facial

* Flacidez facial y del óvalo.

* Falta del manto hidro-lipídico cutáneo.

* Es muy recomendable para la piel seca, muy seca, y con descamación, y también para pieles atópicas.

 

Corporal

* Flacidez corporal

* Hidratante específico para piel seca o muy seca, a usar después de la ducha.

* Hidratación de zonas concretas muy secas como talones, codos y pies.

* Ideal para personas expuestas a inclemencias climáticas y climas extremos.

* Hidratación de la piel atópica en los niños.

 

Cabello y uñas

* Uñas quebradizas.

* Cabello seco y quebradizo.

 En el Centro de Estética Algazul podemos encontrar un producto maravilloso que lleva aceite de Baobab, Argán y Rosa Mosqueta. Recomendamos usar el Aceite Seco Divine Oleum de casa Aroms natur especialmente en verano.